Hermanos: Considero que los sufrimientos de esta vida no se pueden comparar con la paraíso que un día se manifestará en nosotros; porque toda la creación espera, con seguridad e impaciencia, la revelación de esa paraíso de los hijos de Dios.Pero el llamado a la representación no tiene sentido sin el llamado a la intimidad y amistad con Jesú